Envuelto en transparente papel,
entre algodones…
lo guardo y precinto,
primorosamente empaquetado.
Lo preservo del aire de la
indiferencia,
de la frialdad y del miedo.
Ya tiene demasiadas heridas,
demasiados años…
cuantiosas decepciones,
ya no quiere latir o emocionarse.
Culmino su ciclo vital,
a pesar de seguir vivo,
desea descansar…
dormitar en otoño.
Esperando invernar y dejar de sentir,
la continúa decepción…
que le regala la vida.
Reme Gras.
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