Veo tus cicatrices…
las cuento y ordeno,
de más grandes a más
pequeñas
las ondas, y
superficiales.
Las hago mías,
las recalifico, las
limpio con cuidado,
las cauterizo, y las
mimo
en la esperanza de
sanar sus huellas.
Me duelo de ellas…
como si a mí me
sangraran,
siguiendo su
evolución,
con atención
desmedida.
Ojalá pudiera soltar
tus amarras,
limpiar tus alas
embreadas,
y volar junto a ti,
cruzando el cielo.
Reme Gras.
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